Internacional de los Foros
Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo lacaniano

La Internacional de los Foros

Presentación

La Internacional de los Foros del Campo Lacaniano federa las actividades de los Foros del Campo Lacaniano.

Los Foros velan por asegurar la repercusión y la incidencia del discurso analítico en nuestro tiempo, por el mantenimiento de las conexiones con las instituciones de salud, las prácticas sociales y las políticas que se enfrentan a los síntomas de la época, así como los vínculos con otras prácticas teóricas que implican al sujeto (ciencias, filosofía, arte, religión). Encuentran su origen remoto en la disolución de la Escuela de Lacan, la EFP, en 1980 y se dieron como objetivo principal, sostener una Escuela de psicoanálisis que permita asegurar el estudio del psicoanálisis y orientar su práctica.

La Escuela, se creó en París, en diciembre de 2001, en el momento del segundo encuentro internacional de los Foros.

La Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo lacaniano, orientada por las enseñanzas de Freud y de Lacan, tiene por objetivo específico el retorno a las finalidades de la Escuela de Lacan: apoyar la elaboración y la transmisión del psicoanálisis, la crítica de sus fundamentos, la formación de los analistas, la garantía de su cualificación y la calidad de su práctica.

La IF-EPFCL, está por tanto en relación con las Formaciones clínicas del Campo lacaniano, específicamente, los Colegios clínicos cuyas enseñanzas se consagran a la teoría de la clínica analítica, para interrogar sobre sus fundamentos, y su alcance práctico.

Posición de la IF

Los debates intensos en Francia y en Italia sobre la cuestión del casamiento de los homosexuales y de sus derechos a la adopción son el signo de la constante evolución de las sociedades en lo que respecta a la organización social de la familia. A partir de sus evoluciones cada sociedad define las normas en materia de organización social de la familia y de la orientación sexual de los individuos.

El poder político, cuando es llamado a legislar sobre estos temas, acude a aquellos que considera como especialistas de esas cuestiones.

En esas ocasiones el psicoanalista puede ser solicitado con el objetivo de aclarar ciertas elecciones del legislador.

Si él responde, no lo puede hacer más que a título personal y a su propio riesgo.

Él no puede comprometer a la Escuela de la cual es miembro, sea cual fuera su posición.

Efectivamente el psicoanálisis no defiende ninguna norma, sea ella social o sexual, ni tampoco cualquier práctica dicha fuera de la norma. El considera que no podemos pronunciarnos a favor de una forma de organización familiar con el pretexto de que ella sería superior a otra, ni contra una orientación sexual de ningún tipo.

La norma y por lo tanto dicha normalidad no es un criterio que orienta la cura analítica, la cual acoge sin a priori cualquier sujeto que la solicita con el objetivo de encontrar una solución a susufrimiento, elucidando el tormento de sus síntomas.