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La Escuela de Psicoanálisis
Desde su creación en 1998 a raíz de la escisión producida en el AMP, los Foros del Campo lacaniano se dieron como perspectiva la creación de una Escuela de psicoanálisis que retornara a las finalidades inscritas en el acto de fundación de la Escuela de Jacques Lacan. Esta Escuela de psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano (EPFCL) fue creada en el Encuentro Internacional de diciembre de 2001, después de dos años de un largo debate sobre sus dispositivos.
Su extensión es internacional, y otorga una garantía también internacional, ratificada por los títulos de Analista Miembro de la Escuela (AME) para los practicantes, y de Analista de la Escuela para aquellos que han pasado la prueba del pase.
Dentro de una Escuela de psicoanálisis y no de psicoanalistas, el primer objetivo no es reagrupar profesionales, sino hacer posible un lazo social original entre los analistas que esté fundado sobre el estudio y el tratamiento de los problemas suscitados por la práctica analítica misma, especialmente el análisis del analista, la formación de practicantes y la trasmisión del discurso analítico.
Los dispositivos más importantes al servicio de este fin son el cartel y el procedimiento del pase (ver sus rúbricas).
La necesidad de una Escuela, en su diferencia con los múltiples grupos y asociaciones, se basa en la aporía del propio acto analítico. Ni la técnica de especialista, ni el saber hacer del artesano no sin vinculación con el saber pero excluyendo su rendimiento de cuentas ; no se lo capta más que por las condiciones que lo vuelven posible - la producción en el análisis de un deseo específico, el deseo del analista - y no se certifica más que indirectamente por sus efectos en el análisis mismo.
En una Escuela es pues el analista quien está en el banquillo. Ni sabio, ni artista, el analista no se sostiene en su deseo, más que por la puesta en cuestión puesta en cuestión que una escuela debe sostener , de tal manera que dé cuenta en ella de eso que él hace en la experiencia, y de cómo resiste ante las rutinas de la práctica.
La ley sobre las uniones homosexuales fue votada en España en el 2005, en Francia a comienzos del 2015. La ley Cirinna sobre el mismo tema está actualmente en debate en Italia. La iglesia ha reunido un sínodo sobre la familia, y sabemos las inquietudes y los debates suscitados a este respecto que están creando un revuelo.
Los psicoanalistas están evidentemente concernidos e interrogados. Recientemente hemos visto emitir opiniones diversas, a menudo opuestas. Evidentemente los psicoanalistas no lo pueden hacer sino a título personal, porque ¿quién podría pretender representar al psicoanálisis? Esta diversidad es una razón suficiente para que una Escuela como la EPFCL, Escuela de la Internacional de los Foros del Campo lacaniano haga conocer su propia posición:
En el psicoanálisis es un a priori de su práctica el estar intrínsecamente ligado al estado democrático de la sociedad, y al respeto de la igualdad de derechos de los diversos ciudadanos, sin consideración de raza y sexo.
Por otra parte, después de Freud y hasta Lacan, la posición de principio del psicoanalista es clara: él no trabaja para ninguna norma, sea esta sexual o social. Ni censor, ni militante, el psicoanalista se dedica a analizar los síntomas de los cuales sufren los sujetos, y que querrían elucidar.
Por lo tanto está excluido, que se pueda oponer a los derechos de los sujetos homosexuales en nombre de nuestra Escuela. Recordemos sobre este punto la posición categórica de Freud en 1915, « el psicoanálisis rechaza absolutamente admitir que los homosexuales constituyen un grupo con caracteres particulares que se podría separar de aquellos de otros individuos ». Nota de 1915 añadida a los Tres ensayos para una teoría sexual.